Permanezco en silencio convencida de que su cuerpo es mío y asi lo prefiero
como cáda vez que nos encontamos, el resto del mundo se para y no importa cuantas
horas pase a su lado, me siento hermosa y extasiada entre sus manos
pero ha llegado la hora de irnos y la incertidumbre me come
no se que hacer, que decirle, ni porqué despedirlo .
Me mantengo inmóvil y lo observo
hablar deseándo volver eterno ese momento donde estamos juntos otra vez
por pura casualidad, para calmar mi desesperación y su ego por unos tantos días.
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